En
la eléctrica negrura se estremecen como despertando estalagmitas de vapores.
Como el celeste de tu carne y el rosado de mi aliento; como gráfica audiovisual
de ondas y pulsaciones; el siseo, el pulular atormentadamente sordo. La
agitación, los suspiros, el anhelo; intensos como el mar. Sofocados como un mar
sofocado en un vaso de agua, quebrantados entre los dedos como las olas por las
rocas. Silencio. Se levanta el telón y el universo en un cuerpo vibrante tras
dos ojos castaños, sombríos, cegados en el instante amatorio, mágicos como la
entrada de los ladrones, blancuzcos, a veces casi invisibles pero siempre
dilatados, inmensos como las lunas de octubre, oscuros como el firmamento
cuando regreso y recuerdo dónde estoy y lo rápido que pasa el tiempo.
estos poemas me gustan... pero, sigo creyendo que si omites la puntuación y cambias un par de conjunciones y palabras puedes acrecentarlos, son bellos, o también, hay una forma del lenguaje, donde puedes usar espacios en negro... matizar hacia lo oscuro requiere un poco de riesgo... me gusta.
ResponderEliminar