La
nostalgia viste pantaloncillos aguados y tiene los ojos de arena. Se confunde a
veces con una serpiente del desierto, ondulante. Su piel brillante como un
espejismo nebuloso cargado de energía. Más potente que el rayo, más hiriente
que el trueno, más estremecedora que las tormentas del desierto. Ésas que la gente conoce pero pocas veces escucha. Ésas que las serpientes sienten
como el ritmo de la lluvia cuando cae, como el abraso del sol cuando el día
impone y ciega; cuando la realidad se muestra como este espejismo nebuloso, hermoso, tan placentero como ver el movimiento ondulante
de los pantaloncillos que a veces viste la nostalgia, hermosa, tan
cautivadoramente letal como una serpiente del desierto.
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